Hace algunos días, específicamente el 12 de mayo, Colombia se convirtió en el país número 60 en firmar una ley que prohíbe el castigo físico como método para corregir el comportamiento de los niños y adolescentes; es una ley que busca generar conciencia sobre los efectos que dichos castigos producen y sobre las profundas secuelas que generan, tomando como base los resultados de diversos estudios que a nivel mundial, nos alertan sobre lo que ocurre en la vida de los niños y jóvenes que son sometidos a estas prácticas. 

1. Menor desarrollo cognitivo, lo que puede generar problemas académicos a largo plazo, dificultando el aprendizaje y afectando los procesos de atención y concentración.
2. Desarrollo cerebral inadecuado, especialmente en las áreas que se encargan del manejo de las emociones y que son esenciales para regular el comportamiento y tener éxito social.
3. Trastornos en la salud mental, como ansiedad y depresión en la adolescencia y en la adultez.
4. Altas probabilidades de desarrollar conductas delictivas. El 89% de las personas privadas de la libertad, narran situaciones de violencia y castigos físicos durante la infancia.

Hoy contamos con evidencia científica suficiente sobre los riesgos y peligros asociados a los castigos físicos; estamos llamados a aprender formas más efectivas y sanas de educar a los niños. A dejar huellas en sus vidas en lugar de cicatrices. Desde el programa Itagúi ciudad para la familia, podemos ofrecerte herramientas de Disciplina Positiva para educar aprender a educar sin violencia. ¡Sigue nuestras redes sociales!

Si quieres aprender más sobre este tema te recomendamos el documental The Wisdom of Trauma (la sabiduría del trauma)

Autor: Mariana Alejandra Betancur